jueves, 18 de junio de 2020

Aquel hombre.

Sabía llorar a escondidas
guardaba el dolor
donde acababa
el daño,
donde la cicatriz que dudaba
tatuarse en la piel es la que
más le dolía.

Dejaba de ser otro
para no ser el volumen
de la ropa,
para no ser cualquier cosa
que  se encontraba
en las cabezas sin fondo.

Podía compartir
el azul del cielo de verano,
con personas que brillan
hasta en las cenizas.
También sabía refugiarse en
las casas con más
habitaciones que personas.

Ahora que pienso que aprendió
a dar sin firmar contratos,
a tener desordenados
los sueños que le hacían respirar.












sábado, 13 de junio de 2020

Hace tiempo.

Hace tiempo tiene los ojos apagados,
quizás lo han convertido
en un hombre hojalata,
ha regalado corazones
y se han llevado los latidos.

Hace tiempo que no aparece
en los sueños de nadie,
lleva tiempo sobreviviendo
en noches que no duerme de un tirón
y escucha en la almohada la lluvia.

Hace tiempo lleva perdido en la batalla,
ya sólo discute con sus errores,
y regresa a los recuerdos dónde
sólo queda él.









Las hojas de un libro.

Cuando se pasan las hojas de un libro hacemos viento escrito, vuelan palabras desordenadas. Cuando se tocan las hojas de un libro en esencia...