Cuando se pasan las hojas de un libro
hacemos viento escrito,
vuelan palabras desordenadas.
Cuando se tocan las hojas de un libro
en esencia su cuerpo es
sangre de tinta y piel de papel.
Cuando olemos las hojas de un libro,
al principio huelen a futuro
y con el tiempo comienzan a oler a memoria.
Cuando leemos las hojas de un libro
los ojos van por cada reglón
haciendo equilibrios para no quedarse en blanco.